EDUARDO GALEANO SECA LAS LÁGRIMAS DE AMÉRICA LATINA

Eduardo Galeano seca las lágrimas de América Latina


TEXTO Klas Lundström

TRADUCTORA Claudia Garcíá


Eduardo Galeano recibió el premio Stig Dagerman del 2010. Desde un punto de vista político la espiritual prosa periodística de Galeano no tiene rivales, los textos de El Libro de los abrazos se extienden como un océano de diferentes profundidades.


Aquí se relata, y se ve, todo lo que ha pasado en Montevideo, la capital de Uruguay. La ciudad se ha ido convirtiendo en un oasis desde la caída de la dictadura militar hace ya algunas décadas. El amplio paseo marítimo está ocupado por la cálida energía de hombres y mujeres que, acompañados de sus termos y mates, son testigos del ciclo solar.


Es difícil describir con palabras la cultura, ese romántico mosaico de expresiones, impresiones y sucesos. Pocos son los que logran hacerlo sin asfixiar el misticismo y la magia, misterios de los que la vida se compone. Uno de los pocos que tiene el arte de hacerlo es el escritor y periodista Eduardo Galeano, galardonado con el premio Stig Dagerman del 2010.


Galeano se vio obligado a exiliarse cuando la dictadura y el fascismo en 1973 triunfaron en Uruguay. Y en el país vecino, Argentina, continuó con su trabajo hasta que también allí tomó el poder una dictadura militar de igual ideología, apoyada por la misma Casa Blanca, así sucedía en América Latina durante los años de La Guerra Fría. ¿Por qué constituía Eduardo Galeano una amenaza? Y ¿contra quién? Era un convencido intelectual de izquierda y jefe de redacción de la influyente revista Marcha. Sus obras llaman a la reflexión y remueven las venas políticas y poéticas del individuo.


Dos años antes del exilio en Argentina se había publicado Las venas abiertas de América Latina, su ensayo sobre la historia manchada de sangre de América, en el que ya entonces se podía apreciar aquellas condiciones que hacen de Galeano un artista de la palabra, su uso de un realismo mágico que, sin chocar en ningún momento ni con la política ni con lo espiritual, se entremezclan en el análisis con el humor, la seriedad y las cuestiones dolorosas. Galeano pertenece a una generación de escritores latinoamericanos --Gabriel García Márquez, Pablo Neruda, Ernesto Cardenal-- cuyo tumultuoso arte se asemeja al vuelo de los pájaros cuando planean en ondas armónicas, sin chocar nunca entre sí.


Desde un punto de vista político la espiritual prosa periodística de Galeano no tiene rivales, los textos de El libro de los abrazos se extiende como un océano de diferentes profundidades.


»La dictadura uruguaya quería que cada uno fuera nada más que uno, que cada uno fuera nadie; en cárceles y cuarteles y en todo el país, la comunicación era delito«, así escribe Galeano en El libro de los abrazos, de actualidad aquí en Suecia.


La obra literaria de Galeano parte de una tradición de cuestionamiento y posicionamiento, en especial en América Latina en donde trabajo cultural es sinónimo de declaración política, una columna vertebral orgullosa, claramente definida por ideales y objetivos políticos claros. ¿Son esos componentes los que atraen el interés de tantos occidentales hacia la frescura de la cultura latinoamericana? ¿Existe deseo por posicionarse en el ambiente cultural sueco, siempre temeroso de entrar en conflictos?


Eduardo Galeano termina Las venas abiertas de América latina con el siguiente pensamiento perdurable:


»Hay quienes creen que el destino descansa en las rodillas de los dioses, pero la verdad es que trabaja, como un desafío candente sobre las conciencias de los hombres.«


En una librería del centro de Montevideo pueden verse los lomos de los libros de Galeano casi desde el umbral. El avance de la izquierda en América Latina tiene, quizás, su más agradable expresión en Uruguay. Los políticos van avanzando poco a poco, con propósitos claros, en forma honesta. Y en el fondo, siempre presente, la influencia de los tesoros culturales en la población, inspirando a quienes se atreven a estar inspirados. A la vanguardia de la identidad nacional está Galeano, brazo a brazo con la yerba mate y, por supuesto, con la carne.


La carne, ramificación de la religión y la cotidianidad de Uruguay. La carne no es una ocupación, un mal necesario --sino más bien un acto, una experiencia espiritual. El 90 por ciento del país- un poco opacado por las conocidas marcas de Brasil y Argentina, son zonas rurales de llanuras y cerros ocupados por ganado y pequeñas comunidades. Las vacas pastan libremente por esos campos abiertos, rumiando a su aire en las áreas cubiertas de césped que los campesinos les han destinado. Un resplandor armonioso flota sobre este ganado destinado al matadero.


— No confíes nunca en los que no comen carne, dice Carlos, un comunista creyente que milita en el Frente Amplio, la alianza que está en el gobierno.


Carlos dice esto sin sonreír. Está muy serio, a sus ojos aquel que deja a un lado el placer de la carne está contraviniendo la herencia cultural, la tarea humana, es un esbirro del imperialismo. Sorbe de su mate, dice que en una semana ha comido doce kilos de carne.


»Sí«, escribe Galeano en El libro de los abrazos, »por lastimado y jodido que uno esté, siempre puede uno encontrar contemporáneos en cualquier lugar del tiempo y compatriotas en cualquier lugar del mundo. Y cada vez que eso ocurre, y mientras eso dura, uno tiene la suerte de sentir que es algo en la infinita soledad del universo: algo más que una ridícula mota de polvo, algo más que un fugaz momentito.«


¿Es el premio Stig Dagerman el umbral para un reconocimiento global? El Nobel a Eduardo Galeano sería un reconocimiento, no sólo a sus escritos imperecederos, sino que también significaría una reparación indirecta a las heridas abiertas de América Latina.


Lágrimas que, pese a que Galeano incansablemente ha secado con sus obras, aún siguen ahí, subyacentes, a pesar de la resurrección del continente de la noche de las dictaduras. Lágrimas que son gritos con convicción política.


Aquí puedes leer el ensayo en sueco


Literatura

Latinamerikas öppna ådror (Las venas abiertas de América latina), Eduardo Galeano, Prisma 1976, Omfamningarnas bok (El libro de los abrazos), Eduardo Galeano, Lindelöws 2010.


Foto: Lindelöws Bokförlag